Jacqueline Strecker
Directora de Educación Conectada en ACNUR
¿Cómo ha afectado la crisis del COVID-19 a la educación de los niños y niñas refugiados y qué se está haciendo desde ACNUR para superar esta situación?
Para dibujar una imagen clara y completa de los desafíos a los que nos enfrentamos, hay que decir que, antes de la pandemia, ya teníamos un gran número de niños sin escolarizar. La situación pre-COVID era de un 48% de niños no escolarizados. Durante la pandemia hemos visto cambios y medidas de los gobiernos para adaptarnos al aprendizaje a distancia. Pero muchos de los niños que viven en estas comunidades no han tenido los recursos ni las infraestructuras necesarias para poder participar en estas iniciativas. Todo esto ha limitado enormemente las oportunidades de aprendizaje y ha forzado a todos los actores del proceso a ser creativos para crear o adaptar sus programas.
ACNUR y sus aliados han trabajado intensamente con las comunidades locales para buscar soluciones que aseguren la inclusión de los niños, niñas y jóvenes refugiados y desplazados en los esfuerzos para continuar aprendiendo durante la pandemia. Por ejemplo, hemos potenciado nuestra red local de programas de radio, para ampliar su alcance y el acceso por parte de los estudiantes a todos esos programas. También debo decir que, en muchos casos, hemos podido ver soluciones muy creativas a los desafíos que se plantearon. Algunos profesores han desarrollado sus propias apps, por ejemplo, para los exámenes: apps que han ayudado a los alumnos a adelantar el trabajo que tenían que realizar de cara a los exámenes. También hemos visto cómo algunos han utilizado recursos como WhatsApp o han acudido a redes locales, a grupos pequeños de aprendizaje a nivel local. También hemos visto lo importante que es contar con una dimensión social o psicosocial dentro de este apoyo, y la necesidad de garantizar que esto se integre en todos los enfoques del aprendizaje continuo.
¿Cuales son los principales retos a la hora de proporcionar educación a los niños y niñas refugiados?
Creo que este es un tema muy importante. Tenemos que saber cómo abordarlo. Entre los numerosos desafíos a los que nos enfrentamos uno de los elementos principales es garantizar que los niños refugiados sean parte de la agenda política, a todos los niveles: global, nacional y local.
En primer lugar, un elemento esencial es la inclusión de estos niños y niñas en los sistemas educativos nacionales de los países que les acogen. Ese es uno de los objetivos sobre los que trabaja el Pacto Mundial sobre los Refugiados. Tenemos que ver cómo podemos ofrecerles recursos digitales para ayudar a favorecer esa inclusión y contribuir a fortalecer la calidad de todos los aprendizajes. Hemos visto cómo en las iniciativas piloto iniciales dentro de las escuelas de acogida de refugiados, toda la comunidad experimenta los beneficios. Es fundamental que toda la comunidad pueda beneficiarse de estos programas, pero también que estos programas se amplíen a otros lugares para que ningún alumno se quede atrás. Es por eso que estamos comprometidos a continuar trabajando con socios y ministerios de educación para mejorar y escalar modelos efectivos.
También, como hemos comentado antes, es fundamental trabajar con los profesores y los ministerios para elaborar, localizar y adaptar el contenido a las necesidades de los estudiantes, los currículos y los contextos. También es vital invertir en los maestros para integrar de manera significativa estos recursos en el aula. Estas son áreas que normalmente se quedan fuera de las líneas de inversión y, realmente, son la clave para conseguir mejorar la calidad de la educación. Por eso es tan importante la labor de organizaciones como ProFuturo que dedican tanto tiempo y esfuerzo a mejorar el modelo de formación. Esto es importante porque fortalece la capacidad y la confianza de los maestros para utilizar los recursos digitales dentro del aula y brinda oportunidades de aprendizaje atractivas para los estudiantes. Esto también puede ayudar a crear un atractivo nuevo para los estudiantes cuando regresen a la escuela después del cierre ocasionado por la COVID. Debemos crear un entorno en el que los niños se sientan seguros y puedan volver a la escuela. Ya he mencionado antes que el 48% de los refugiados antes de la pandemia no estaban escolarizados y la situación empeora cuando se trata de niñas: el 50% de los pequeños refugiados sin escolarizar son niñas, muchas de las cuales no podrán retornar a las aulas. Necesitamos, junto con otras medidas, trabajar para crear incentivos para el regreso tanto de los estudiantes como de los padres. La introducción de estas herramientas digitales en las clases puede ayudar a facilitar el regreso de estos estudiantes: niños y niñas. Estas herramientas pueden ser un factor de motivación, también para los padres, animándolos a regresar.
Para favorecer su retorno, las niñas, niños y jóvenes refugiados deben sentirse parte de esta nueva sociedad digital que estamos creando todos hoy en día.
¿Cómo puede ayudar la educación digital a los niños refugiados?
La educación digital nos ayuda a mejorar las expectativas de las personas: lo que creen que puede ser posible. Yo lo he visto en colegios o en escuelas de África. Cuando he estado con grupos de estudiantes de primaria, niños que a lo mejor no habían visto nunca el mar, lo habían estudiado en el colegio pero nunca lo habían visto… Ver vídeos sobre el mar les ayuda a hacerse una idea de cuán diverso es el mundo, les ayuda a trasladarse a lugares más allá de sus comunidades. Poder acceder a los contenidos digitales de estos programas les permiten ver lugares o cosas que de otra manera no podrían experimentar. Y esto es importante en todo el mundo: tener la oportunidad de ver y captar nuevas perspectivas, lugares y experiencias, compartir todo esto es vital. El acceso a internet y a los servidores de contenido local puede ayudar a que esto sea posible. Y tener acceso a esta educación en todo el mundo es muy importante. Y es lo que intentamos hacer.
La educación es un pasaporte para el futuro, y traer todos estos recursos digitales a estas ubicaciones nos está ayudando a cambiar a eliminar las barreras geográficas. Trabajamos junto con las comunidades para abrir posibilidades para las generaciones venideras, para los que serán futuros líderes del mundo, y abriéndoles la puerta a esta sociedad cada vez más digitalizada. Y para ello, construir la inclusión digital y la alfabetización es clave. Con la pandemia hemos visto hasta qué punto dependemos de la conectividad, de lo digital. En el mundo actual tenemos que ser capaces de tener todas estas nuevas formas de empleo y es muy importante ofrecer también todas estas capacidades, formar en todas estas competencias a estas personas. Por eso creo que programas como este son muy importantes. Todos tenemos la responsabilidad de garantizar que las generaciones futuras tengan las habilidades y los conocimientos necesarios para ayudar a fomentar un mundo más educado y equitativo, y eso comienza garantizando que todos los niños puedan acceder a oportunidades de aprendizaje relevantes y de calidad.
REFERENCIAS
ACNUR. (2021). UNHCR’s Global Trends: Forced Displacement in 2020.