La evidencia científica es clara: los primeros años de vida desempeñan un papel decisivo en el desarrollo de las personas. Lo certifica el estudio Primera infancia en la era de la transformación digital. Una mirada iberoamericana, de cuyo contenido y conclusiones fundamentales ya hemos hablado en este Observatorio. Es por ello que trabajar por la primera infancia, con enfoque específico y diferenciado, resulta de una importancia trascendental. En este marco, la cooperación interinstitucional desempeña un papel clave para poder abordar los desafíos que implica la transformación digital de la educación en esta etapa tan importante y especial de la vida de las personas.
Iniciativas como la realización de este estudio, en la que han unido esfuerzos organizaciones internacionales como la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI), agencias públicas como la Agencia Española para la Cooperación Internacional y el Desarrollo (AECID), universidades como la Universidad de Talca, en Chile, o la Universidad Autónoma, en Madrid, así como organizaciones del sector privado como Fundación ProFuturo, constituyen un gran ejemplo de cómo esta colaboración puede impulsar las acciones en favor de una mejor educación para todas y todos.
“Una transformación radical de la educación”
La irrupción de las nuevas tecnologías en el mundo de la educación “no es una oleada electrónica más, como lo fueron la televisión, el fonógrafo o el cine”, aseguró el catedrático de Sociología en la Universidad Complutense de Madrid y experto en innovación educativa Mariano Fernández Enguita, en la mesa redonda que tuvo lugar en la presentación del informe en Casa de América. “Estamos viviendo algo completamente distinto, solo comparable a lo que fue la imprenta, que transformó radicalmente el mundo de la educación y nos hizo pasar de un puñado de escuelas a un sistema educativo, que es algo muy diferente, y que tardamos medio milenio en conseguir”. El sociólogo llevó más lejos su comparación al añadir que “la transformación digital está siendo igual pero mucho más rápida: con mucho más alcance, más profundidad y mucho más imprevisible”.
Para avanzar en este proceso de transformación de una forma sostenible e inclusiva es imprescindible la cooperación de todos los actores que intervienen en el proceso educativo: sector privado, sector público, tercer sector… Fernández Enguita destacó, por ejemplo, el importante papel que tiene el sector privado a la hora, por ejemplo, de suministrar información al sector público para ayudarle a acometer trasformaciones. En este sentido, Magdalena Brier, directora ejecutiva de la Fundación ProFuturo, destacó el increíble potencial de la educación digital, a través de la inteligencia artificial, para darnos “información sistémica que ayude, por ejemplo, a la personalización del aprendizaje”, lo que es especialmente útil en entornos vulnerables o en aquellos contextos en los que los estudiantes no tienen el mismo nivel de maduración.
La formación docente y la cooperación intersectorial
Un aspecto fundamental, en el que la colaboración multisectorial juega un papel fundamental, es, como destacó Magdalena Brier, la formación docente. Juntos, se pueden definir los marcos y objetivos, qué formación en competencias digitales queremos para nuestros docentes, cómo se van a medir y evaluar estas competencias y qué herramientas vamos a usar para evaluarlas.
Si quieres saber más cosas sobre el estudio Primera infancia en la era de la transformación digital. Una mirada Iberoamericana o sobre cómo la cooperación multisectorial puede ayudar a la transformación digital de la educación, no te pierdas el video de presentación del estudio.