¿Sabías que WhatsApp surgió a partir de una idea concebida durante un hackatón en 2009? Lo mismo que Siri o Alexa. O el botón de Me gusta de Facebook. Aunque íntimamente ligados a la innovación y la modernidad, la idea surgió, en la década de los sesenta, cuando, de forma más menos espontanea, los programadores del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) empezaron a reunirse para resolver problemas complejos relacionados con la programación. El término proviene de las palabras «hack» (programar de manera creativa) y «maratón» (evento prolongado y enfocado en una tarea específica).
Con el tiempo, los hackatones evolucionaron y se diversificaron. A finales de la década de los noventa y principios de la década de 2000, los hackatones se convirtieron en eventos organizados por empresas de tecnología para reclutar talento. Las compañías ofrecían premios y oportunidades de empleo a los participantes que pudieran resolver desafíos técnicos específicos durante el evento.
Hoy, los hackatones continúan desempeñando un papel crucial en la innovación tecnológica y el desarrollo de nuevas ideas. Estos eventos se han convertido en una forma efectiva de reunir a mentes brillantes y apasionadas de diversos campos, desde la programación y el diseño hasta la ingeniería y las ciencias sociales. Es el caso de Hack4Edu, un hackatón muy especial, cuyo objetivo es el planteamiento y la resolución de los retos que se le plantean a la educación digital en entornos vulnerables.
Nacido hace cuatro años, justo antes de la pandemia, Hack4Edu ha ido evolucionando adaptándose a las circunstancias, hasta convertirse en un evento mundial, celebrado en formato híbrido, que este año, ha pulverizado todos sus récords: 534 hackers, 30 universidades y 10 países, para resolver 61 retos tecnológicos. La cuarta edición ha puesto el acento en la inteligencia artificial.
La inteligencia artificial al servicio del mundo vulnerable
Congregar a más de 500 hackers motivados por ayudar a niñas, niños, docentes y escuelas en entornos vulnerables a resolver sus problemas educativos, tiene como resultado productos muy especiales.
Por ejemplo, una plataforma que, gracias a un sistema basado en IA y reconocimiento facial, permite identificar qué es lo que les gusta a los niños, facilitado así su aprendizaje.
O una enciclopedia colaborativa con IA, PeerExplain, que permite introducir y recibir respuestas de otros usuarios, con la singularidad de que, en lugar de limitarse a buscar respuestas, el sistema se centra en proporcionar la explicación más adecuada al perfil del usuario.
La píldora de Leire es una app de estudio interactivo que, gracias al machine learning aprende de las interacciones del estudiante, se adapta a su perfil, a sus emociones y a sus necesidades.
Leaders4Edu utiliza algoritmos de clusterización para identificar a docentes líderes y transformadores capaces de catalizar un cambio significativo en el ámbito educativo y en sus comunidades.
Estos han sido algunos de los ganadores de la cuarta edición nacidas gracias al empleo de la IA, plataformas P2P, gamificación, metodología abp (aprendizaje basado en proyectos), desarrollo de redes neuronales y robótica. Pero, sobre todo, gracias a la motivación y la frescura de los jóvenes participantes que, con su mentalidad nueva y abierta son capaces de encontrar soluciones muy innovadoras a los retos propuestos.
Un hackatón único en el mundo
Para hacer balance de esta edición, en el Observatorio hemos hablado con Manu Ruíz, gerente de analítica de datos de la Fundación ProFuturo, organizadora del evento, y principal “perpetrador” de este hackatón tan particular. Con él hemos hablado de la filosofía que subyace detrás de Hack4Edu, de su evolución a lo largo de los años, de las lecciones aprendidas y de los próximos pasos a dar, ahora que parece que el proyecto está llegando a un importante punto de inflexión. Estas son algunas de las cosas que nos ha contado.
¡Las chicas son guerreras… y hackers!
Aunque parece que esta temática ha pasado algo desapercibida, eclipsada en parte por la inteligencia artificial, se he revelado magníficamente en los frutos recogidos. Lo explicamos: “Hack4Edu siempre ha apostado por la estrategia de la mujer hacker, por la paridad y la igualdad en este tipo de eventos que, por algún motivo, ellas no encuentran atractivo.” Hack4Edu casi lo ha conseguido: un 40% de los participantes en esta edición han sido chicas. Y lo que es mejor: en los premios, se ha logrado esa paridad 50/50 para hombres y mujeres. “Hemos tenido grupos grandes en los que casi todos sus miembros era mujeres. Por ejemplo, uno de los ganadores en categoría senior, La píldora de Leire, son todo mujeres de diferentes edades que están aprendiendo a programar con una fundación.
Los retos más populares
Los retos de Hack4Edu los proponen las propias contrapartes con las que trabaja la Fundación ProFuturo sobre el terreno. Así que se trata de problemas reales que los docentes y los estudiantes vulnerables enfrenta en su día a día. Pero, ¿cuáles han sido los más populares entre los hackers de esta edición? “Este año lo que más ha atraído a los participantes ha sido todo lo relacionado con dotar a los docentes de herramientas con inteligencia artificial: generación de contenidos, traducciones, carga burocrática… En general, todo lo que permita al docente ahorrar tiempo. Y, un clásico en nuestro hackatón: el tema de la inclusión, para el que nuestros hackers tienen siempre una sensibilidad especial: TDA, dislexia, alumnos con diferentes capacidades… siempre me sorprende porque esos no son retos fáciles de abordar; y siempre los resuelven haciendo gala de una gran imaginación y grandes dosis de ingenio. Y, por último, la ‘parte trasera’ de la IA, las tripas: cómo utilizar el machine learning, cómo usar determinados algoritmos para, por ejemplo, clusterización de docentes.
Y ahora… ¿hacia dónde?
Esta cuarta edición ha puesto sobre la mesa la importancia de buscar nuevas fórmulas dada la magnitud que ha alcanzado el evento que está trascendiendo con mucho la idea original. “Hack4Edu se ha posicionado como un referente internacional. Este año las cifras superan la suma de lo que ha habido en los tres años anteriores. Y ya nos están diciendo que el año que viene van a sumarse más universidades de todo el mundo que este año no han llegado. Así que tenemos que pensar fórmulas para que quepan todos. La solución podría pasar por hacer eliminatorias para que la final sea asumible y puedan verse y presentarse bien todos los proyectos. Pero es algo que todavía estamos planteándonos.”
Beneficios extra
Otra lección aprendida a lo largo de estos años es que ofrecer determinadas cosas que sean atractivas para los estudiantes hace que la movilización sea muy alta. Los alumnos participantes obtienen un certificado del Instituto de empresa que tramita la Universidad Pontificia de Salamanca (UPSA), entidad coorganizadora del evento. Además, este año algunos proyectos podrán publicar una investigación relacionada con su proyecto en un especial que la UPSA está gestionando con Springer, una de las editoriales académicas más importantes del mundo.
Un hackatón único en el mundo
Hack4Edu es un hackatón cuyas características le hacen ser casi único: su vertiente internacional, híbrida y, sobre todo social. “Hack4Edu tiene una temática muy acotada que es la educación digital en entornos vulnerables. No hay un hackatón que sume un carácter tan amplio, con tantos países, y que convoque a tanta gente de tantos países a la vez, en solo tres días. “Una de las cosas más especiales de este hackatón es la sesión de networking, durante la cual, los participantes de diferentes universidades en todos los países del mundo se ponen de acuerdo y forman los grupos de trabajo. Esa compenetración de estudiantes trabajando en un equipo multidisciplinar e internacional es muy especial.”
Dando sentido a la misión de ProFuturo
Este tipo de actividades dan sentido a la misión y la visión de ProFuturo. “Nosotros como organización nos enfrentamos cada día a muchos desafíos. Este hackatón nos permite, primero dar voz a nuestras contrapartes, que son quiénes nos plantean sus problemas en forma de retos para ser resueltos; segundo nutrirnos de conocimiento a través de la movilización de estudiantes que está súper motivados y que nos dan nuevas ideas.”