Es la palabra de moda. La escuchamos a todas horas: nos dicen qué escuchar, qué ver, qué comprar… Y ahora también diseñan y escriben. Pero, ¿sabes realmente qué es un algoritmo? Por ejemplo, ¿sabías que tienen más de 1.500 años? ¿Y cómo es posible, si hace 15 siglos no había ordenadores, que hubiese algoritmos? Pues porque en su definición esencial, un algoritmo no tiene nada que ver con la tecnología. Y entonces, ¿qué es? Pues un conjunto de instrucciones ordenadas que nos permiten ejecutar tareas o encontrar la solución a un problema. Por ejemplo, una receta de cocina o las instrucciones de montaje de un mueble son ejemplos de algoritmos completamente analógicos. Entonces llegó la revolución tecnológica y el algoritmo se convirtió en parte esencial de la forma del lenguaje y de la forma de pensar de las máquinas.
Aprender a leer el mundo desde el pensamiento computacional
¿Y cómo piensa una máquina? Pues, entre sus procesos de pensamiento tenemos la recogida y el análisis de información, la abstracción de esta información para crear el famoso algoritmo, la descomposición del problema en pequeñas partes y la construcción de una solución para este… Todo eso (y algunas cosas más) es pensamiento computacional.
Naturalmente, en una sociedad moderna en la que, cada vez más, nuestras vidas se ven facilitadas o limitadas por la acción de dispositivos y sistemas de información que funcionan con códigos informáticos, la capacidad de escribir y entender lenguajes de programación es cada vez más importante. Pero, además, al igual que cuando nos interesamos por otros idiomas y culturas, conseguimos enriquecer nuestra experiencia vital de muchas formas distintas, aprender a usar la forma de pensar de las máquinas, también puede sernos muy útil en diferentes facetas de nuestra vida.
Cuando pensar como una máquina nos hace más humanos
Las sociedades del siglo XXI han convertido la incorporación del pensamiento computacional en todos los sistemas de enseñanza en una necesidad vital para la educación de niños, niñas y jóvenes. Esta disciplina no solo nos permite interactuar con las máquinas que nos rodean, aumentando así nuestras posibilidades de inserción sociolaboral, sino que también desarrolla una serie de habilidades y competencias absolutamente cruciales. Habilidades blandas como la capacidad de perseverar y ser capaces de aprender de los errores, que el pensamiento computacional, al ser muy procesual, estimula de forma natural; la flexibilidad y la mejora de la capacidad creativa, ya que enfrentamos a los niños a ser constructores en su propio proceso de desarrollo y a tener que solucionar problemas que tienen numerosas posibilidades de resolución, o el desarrollo del trabajo en equipo y la comunicación, ya que tienen que explicar su proyecto a los demás.
En este vídeo, varios expertos nos dan algunas claves sobre los retos del pensamiento computacional en educación.
El pensamiento computacional en entornos vulnerables
El pensamiento computacional es especialmente valioso para terminar con la brecha educativa y social en contextos vulnerables. Porque a su contribución para ayudarnos a entender el mundo y la sociedad en la que vivimos, así como al desarrollo de habilidades socioemocionales, debemos añadir una aportación esencial que cobra especial valor en estos entornos más desfavorecidos: el pensamiento computacional te ofrece la posibilidad de la divergencia. El poder ir por diferentes caminos. Entender que todas las respuestas son posibles y, por tanto, que el cambio es posible. El pensamiento computacional, explica Beatriz Ríos, experta y coordinadora de educación en la Fundación Telefónica Movistar Uruguay, “ofrece a los chicos y chicas en estos entornos la posibilidad de ampliar su mundo y sus posibilidades. Empiezan a ver que, poco a poco, van pudiendo, van resolviendo. Y eso es sumamente valioso porque les permite darse cuenta que pueden cambiar su situación y la de su contexto”.
Sin embargo, la implementación de estrategias y programas educativos que fomenten el desarrollo del pensamiento computacional en las escuelas debe hacerse de forma estratégica y planificada, especialmente en entornos donde no siempre contamos con la infraestructura, los recursos y la formación adecuadas. En este artículo, te contamos algunas experiencias pedagógicas de pensamiento computacional que van más allá de un abordaje clásico basado en la programación, la codificación o la robótica.
Cómo introducir el pensamiento computacional en educación
¿Creamos una asignatura, lo tratamos en varias o apostamos por la transversalidad? ¿Qué edad es la más adecuada para empezar a introducir los procesos de pensamiento computacional en la educación? ¿Cuál es la mejor forma de integrar el pensamiento computacional en el currículum educativo de un país? En este post, analizamos cómo lo han hecho algunos de los países con mayor trayectoria en este campo. También ofrecemos algunas pistas sobre los temas clave a considerar a la hora de introducir esta disciplina en los currículos escolares. Su inclusión en la formación del profesorado, la transversalidad y la evaluación para generar evidencia son algunas de estas claves. Por su parte, en este otro post, contamos qué características pensamos que debe tener una propuesta formativa que incorpore este pensamiento en diversos contextos educativos.
Los retos del docente: cómo enseñar a enseñar pensamiento computacional
¿Cómo se enfrentan los profesores al reto de enseñar una disciplina como el pensamiento computacional? Como ya hemos visto, el objetivo del pensamiento computacional no es enseñar a todo el mundo a pensar como un informático, sino a comprender cómo usar los conceptos y procesos de la programación para aplicarlos a nuestras vidas y actividades diarias para solucionar problemas y plantearnos nuevas preguntas que puedan ser resueltas de la misma manera.
En este contexto, es importante tener en cuenta que el desarrollo del pensamiento computacional no requiere obligatoriamente el manejo de herramientas y lenguajes computacionales, sino la comprensión de los procesos cognitivos que atañen a este pensamiento y contar con estrategias para abordarlo desde diversos enfoques metodológicos. Por eso, las oportunidades de formación docente debatidas por expertos en el área se han centrado mayoritariamente en la necesidad de abordar aspectos pedagógicos en lugar de trasladar las habilidades digitales.
Teniendo en mente todos estos elementos, ¿cuáles son las mejores propuestas de formación docente para enseñar el pensamiento computacional? En este artículo, repasamos algunas propuestas formativas destinadas a los docentes.
El pensamiento computacional en ProFuturo: una propuesta adaptable y personalizada
Por eso, nos propusimos llevar el pensamiento computacional a las escuelas con las que trabajamos y lo hicimos desde una propuesta muy diferencial creando un catálogo muy amplio de experiencias que se adaptan a los diferentes modelos de enseñanza y que permite a los docentes vincularlo con diferentes materias. Casi 50 experiencias para elegir en torno a seis temáticas diferentes y con varios niveles de dificultad. Las temáticas se seleccionaron buscando la transversalidad y pensando en retos sociales actuales. Así se seleccionaron el medio ambiente, los medios de transporte, la salud personal, la comunicación efectiva, el consumo responsable y la eficiencia energética. Con todos estos ingredientes se desarrolló un programa a medida para empezar a trabajar el pensamiento computacional en todos los contextos educativos. Descúbrelo aquí.
Las posibilidades de la programación en la educación y, a través de esta, en el cambio social son enormes y trascienden lo meramente tecnológico. Por eso, en ProFuturo, entendemos que el aprendizaje y el desarrollo de habilidades básicas relacionadas con el pensamiento computacional y la programación no solo ayudará a los estudiantes a desenvolverse sin problemas en la sociedad actual y futura, sino que resulta especialmente útil para cambiar realidades problemáticas en contextos vulnerables.