¿Sabías que, según la UNESCO, más del 40% de los niños del mundo que no va a la escuela viven en países afectados por conflictos? En el mundo hay 21 países en desarrollo que gastan más en armamento que en la escuela primaria. Si recortaran su gasto militar en un 10%, esos países podrían escolarizar a 9,5 millones de niños privados de su derecho universal a la educación (UNESCO, 2011).
ACNUR/Joe Chihane
Cuando un país se encuentra inmerso en una situación de conflicto, podría parecer que la educación de sus niñas y niños no es, quizás, la necesidad más inmediata. Sin embargo, garantizar el derecho a la educación de los más jóvenes es algo que no debe posponerse. Con seguridad, por supuesto. En condiciones muy especiales, también. ¿Cuáles son estas condiciones? ¿Qué deben tener en cuenta las organizaciones internacionales, los gobiernos de acogida de los desplazados y, en general, todos aquellos encargados de formular políticas educativas en estas situaciones tan complejas?¿Puede ayudar la educación digital a facilitar el proceso de aprendizaje de las niñas y niños en entornos de crisis humanitaria y conflicto armado? Si es así, ¿bajo qué condiciones y circunstancias?
Educación sensible al conflicto
Dentro de los contextos complejos en los que tienen lugar las situaciones humanitarias de emergencias y los conflictos armados y sabiendo del enorme poder e impacto de la educación, la Red Internacional para la Educación en Situaciones de Emergencia (INEE, por sus siglas en inglés) ha establecido unas normas de orientación para que los profesionales y responsables de las políticas educativas puedan promover estrategias educativas que sean sensibles al conflicto y no contribuyan a aumentar las desigualdades ni las diferencias que lo provocaron. Los programas y políticas educativas en contextos frágiles afectados por un conflicto deberían servir para reducir los impactos negativos y aumentar los positivos (INEE, 2014). A continuación, resumimos algunas de las líneas y principios generales de estas notas de orientación.
En primer lugar, es imprescindible elaborar un análisis del conflicto, de su origen, su historia, sus causas… todo lo que puede contribuir a originarlo, a ayudar a construir la paz y, sobre todo, cómo interacciona esto con las políticas educativas. A partir de aquí habrá que construir estrategias de respuesta adecuadas que tengan en cuenta las necesidades de las poblaciones afectadas, sus interacciones grupales, cómo perciben el conflicto cada uno de los grupos implicados, los condicionamientos geográficos o cómo está la respuesta educativa armonizada con el sistema educativo nacional, entre otros muchos factores. También deberá realizarse un monitoreo constante de las actividades educativas y su impacto en las frágiles dinámicas que rigen estos contextos de conflicto. Este monitoreo debería incluir variables como los factores de riesgo para las escuelas y los estudiantes, las violaciones de los derechos humanos, las percepciones de inseguridad de los actores educativos o la asignación financiera.
ACNUR/Olga Sarrado Mur
En lo que se refiere al acceso y los ambientes de aprendizaje habrá que garantizar un acceso igualitario, y dotar de instalaciones seguras que promuevan la protección y el bienestar de estudiantes, maestros y personal educativo. También es preciso garantizar la calidad del proceso de enseñanza y aprendizaje con estrategias sensibles al conflicto. Esto se hace a través de planes de estudio pertinentes desde el punto de vista cultural, social y lingüístico, que incluya temas relacionados con la paz y no estén sesgados hacia ningún grupo. Los maestros y el personal educativo deberán recibir apoyo profesional y capacitación periódica, pertinente y estructurada conforme a las necesidades y las circunstancias. Los procesos de instrucción y aprendizaje deben centrarse en el estudiante y ser participativos e inclusivos. Por último, habrá que llevar a cabo análisis de resultados y evaluaciones apropiados al contexto, justos e inclusivos para validar los resultados.
Educación Digital: una nueva esperanza
En estos contextos especialmente complicados y vulnerables, la tecnología y la educación digital pueden ayudar superar algunas de las barreras que los niños y niñas enfrentan cada día. Ahora bien, ¿cómo sacar el máximo provecho de estas tecnologías? ¿Cómo pueden contribuir a la solución de estos problemas y obstáculos?
En su informe A Lifeline to Learning: Leveraging Technology to Support Education for Refugees, la UNESCO analiza algunos puntos clave de la educación digital para personas en situación de refugio, a través del análisis de más de 90 proyectos, apps y plataformas digitales de educación, y concluye que la tecnología aplicada a la educación puede ser útil para resolver desafíos relacionados con dificultades con el idioma y problemas de alfabetización; traumas y problemas relacionados con la exclusión y el aislamiento; falta de preparación de los profesores; falta de recursos educativos apropiados y pertinentes, y falta de documentación y mecanismos de certificación adecuados, entre otros.
Según este análisis de UNESCO y la experiencia de organizaciones como Save the Children, que lleva años trabajando sobe el terreno, ¿qué factores debemos tener en cuenta a la hora de diseñar un programa de educación digital que responda a las necesidades de estas niñas y niños?
Evaluar la situación de emergencia
ACNUR
Tal y como establecía INEE en sus normas de orientación, cuando hablamos de educación digital, las características de la emergencia que tenemos ante nosotros nos ayudarán a valorar y a determinar si es factible utilizar la tecnología y, en su caso, cómo y qué tecnología puede ser la más útil (Save the Children, 2018). Por ejemplo, ¿cuánto tiempo se prevé que duré la interrupción del aprendizaje? ¿Pueden asistir a la escuela? ¿Tienen acceso a la educación formal? ¿Hay electricidad? ¿Y profesores que puedan ayudar a los niños? ¿Hay internet y datos? La respuesta a estas preguntas nos ayudará a saber cómo usar la tecnología para facilitar el aprendizaje de los niños y qué contenidos es preciso reforzar (Save the Children, 2018). El enfoque holístico que aplica la Fundación ProFuturo también implica la evaluación minuciosa del contexto de la emergencia para poder garantizar espacios seguros de aprendizaje y proveer a los estudiantes de materiales didácticos adecuados.
Necesidades de aprendizaje de niñas y niños
Tenemos que entender lo que el niño ha pasado, en qué momento de su trayectoria de aprendizaje se encuentra, durante cuánto tiempo se ha interrumpido su aprendizaje y qué necesita aprender para seguir el camino (Save the Children, 2018). En este sentido, el modelo de refugiados de ProFuturo incluye un apoyo psicosocial específico.
Necesidades y valores de las familias
En cada contexto de emergencia debemos evaluar y comprender lo que las familias quieren y necesitan. Tenemos que entender las expectativas de las familias sobre aprendizaje y cómo estas ven y están dispuestas a utilizar la tecnología en el hogar (Save the Children, 2018).
La tecnología en sí misma no es suficiente
Sabemos que los diseños centrados únicamente en tecnología no funcionan. A la hora de proporcionar una educación equitativa e inclusiva, sobre todo en estos lugares especialmente vulnerables, hacen falta enfoques amplios y multidimensionales que tengan en cuenta los diversos aspectos tecnológicos, socioculturales, políticos, económicos y financieros de la educación en contextos de conflicto.
Los profesores necesitan formación específica y apoyo
Y esta formación debe ir más allá de la adquisición de habilidades y conocimientos técnicos. Es preciso realizar una transformación total en su concepción de lo que significa enseñar y aprender, en condiciones extremadamente difíciles. Las opiniones de los docentes sobre el uso de la EdTech y su relevancia en el desarrollo del aprendizaje podrían ser, según Save the Children, barreras más importantes que la formación. Sin formación docente no habrá aprendizaje. Si no se lleva a cabo una formación docente apropiada y sostenida en el tiempo, la tecnología no servirá de nada. En este sentido, por ejemplo, ProFuturo ofrece formación, acompañamiento y apoyo continuo a los docentes para impulsar la integración de la tecnología en el aula.
Competencias digitales y globales
Es necesario promover enfoques que ayuden a estos niños y niñas a adquirir competencias digitales y habilidades del siglo XXI, incluida la programación. Ya sabemos que estas habilidades no solo son beneficiosas porque abren la puerta a oportunidades laborales futuras, sino porque les capacitan para desarrollar soluciones digitales para ellos mismos y sus compañeros.
Por otro lado, si bien es cierto que la educación no provoca las guerras, ni acaba con ellas, los sistemas educativos contribuyen, a menudo, a crear condiciones propicias para el desencadenamiento de un conflicto armado y también pueden coadyuvar a la creación de sociedades más pacíficas, cohesionadas y resistentes, evitando así el retorno de la violencia (UNESCO, 2011). Por eso, la educación para la paz y para la ciudadanía global es tan importante hoy en día como las Matemáticas o la lectoescritura. Pensamiento crítico, colaboración, trabajo en equipo… Porque necesitamos ciudadanos comprometidos con la paz. Hoy más que nunca.
REFERENCIAS
Inter-Agency Network for Education in Emergencies. 2014. Notas de orientación de la INEE sobre educación sensible al conflicto. INEE. Nueva York.
Tausaon, M. & Stannard, L. 2018. EdTech for Learning in Emergencies and Displaced Settings. A Rigorous Review and Narrative Synthesis. Save the Children UK. 2018.
UNESCO. 2011. Una crisis encubierta: conflictos armados y educación. UNESCO. París.
UNESCO. 2018. A Lifeline to Learning: Leveraging Technology to Support Education for Refugees. París.
