Educación Basada en Evidencias: innovando con fundamento

¿Dejarías que tus hijos tomaran una medicina cuyos efectos no han sido puestos a prueba por varias investigaciones científicas? Algo parecido debería suceder con la educación. En este post hablaremos de la Educación Basada en Evidencias y cómo podemos ayudar a que su uso se extienda.

Educación Basada en Evidencias: innovando con fundamento

Aprendizaje basado en proyectos, gamificación educativa, aula invertida… en un mundo en el que la educación tradicional, concebida a finales del siglo XIX, está en profunda revisión, las innovaciones educativas se abren paso y buscan su sitio. Sin embargo, ¿cómo saber si el método funciona o es producto de una mente iluminada sin respaldo científico que lo avale? Si a ningún padre se le pasaría por la cabeza aplicar a sus hijos ningún tratamiento médico que no ha sido rigurosamente probado o que no haya pasado el control de todos los organismos y agencias gubernamentales e internacionales, ¿por qué no se exige lo mismo cuando hablamos de prácticas educativas?

“La enseñanza no es en el presente una profesión basada en la investigación”. Así de rotundo se mostraba en 1996 el destacado educador y psicólogo británico David Hargreaves al inicio de su famosa ponencia Teaching as a Research-Based Profession: Possibilities and Prospects. En su conferencia, Hargreaves defendía la idea de transformar la enseñanza convirtiendo a los docentes en profesionales capaces de tomar decisiones informadas y fundamentadas en evidencia científica.

En este artículo exploraremos el concepto de la Educación Basada en Evidencias y cómo surgió a partir de la Medicina Basada en Evidencias. Además, examinaremos las dificultades que se presentan en su implementación y qué medidas pueden ser adoptadas para fomentar su uso efectivo en las aulas y en el ámbito educativo en general.


Si a ningún padre se le pasaría por la cabeza aplicar a sus hijos ningún tratamiento médico que no ha sido rigurosamente probado o que no haya pasado el control de todos los organismos y agencias gubernamentales e internacionales, ¿por qué no se exige lo mismo cuando hablamos de prácticas educativas?

¿Qué es?

Educación basada en evidencias

Imagen: janoon028 para Freepik.

La Educación Basada en Evidencias (EBE) es un enfoque pedagógico que busca mejorar la calidad del proceso de enseñanza y aprendizaje a través de la aplicación de principios y prácticas respaldados por la investigación científica.

Encuentra sus raíces en la Medicina Basada en Evidencias (MBE), un enfoque revolucionario que surgió en la década de 1990, en respuesta a la necesidad de basar las decisiones médicas en la investigación científica sólida, en lugar de depender únicamente de la experiencia clínica o las tradiciones. Los médicos comenzaron a examinar y evaluar críticamente las pruebas disponibles para determinar qué tratamientos eran más efectivos para sus pacientes.

La aplicación exitosa de la MBE en el campo de la medicina inspiró a educadores y expertos en educación a adoptar un enfoque similar en sus prácticas docentes. La idea era utilizar la investigación educativa más rigurosa y actualizada para mejorar los procesos de enseñanza y aprendizaje en las aulas y otros entornos educativos.

Sin embargo, y como sostienen algunos autores (Trujillo, 2019 y Hederich, Martínez y Rincón, 2014), las analogías entre ambas disciplinas deben ser analizadas con precaución porque existen diferencias sustanciales que afectan a la definición, objetivos y características de ambos conceptos. Mencionamos aquí algunas de las más importantes:

  1. Carácter acumulativo de la investigación. En medicina, la investigación tiende a ser acumulativa, mientras que en la educación no se enfoca en crear un cuerpo de conocimiento que pueda ser probado, extendido o reemplazado de manera sistemática.
  2. Identidad de los investigadores. En medicina, la investigación aplicada es realizada tanto por expertos científicos como por profesionales médicos que trabajan en los propios hospitales. En cambio, en educación, las investigaciones suelen ser desarrolladas por académicos expertos sin experiencia en la enseñanza en contextos escolares.
  3. Medios de difusión: La medicina cuenta con revistas científicas importantes para la circulación de avances científicos (aproximadamente 25.000), mientras que en educación aún falta mayor desarrollo para el acceso a los resultados de investigaciones.
  4. Naturaleza de la evidencia: La evidencia en medicina es clara, precisa, objetiva e incontrovertible, mientras que en educación, frecuentemente es inestable, imprecisa y de naturaleza subjetiva, lo que dificulta consolidar evidencia sobre la efectividad de las prácticas educativas.
  5. Actitud hacia la investigación basada en evidencias: Los médicos buscan y desarrollan investigaciones basadas en evidencias, mientras que los profesores aún no perciben la falta de investigación como un problema a ser remediado, lo que ha llevado a una producción lenta y limitada de conocimiento educativo.


La Educación Basada en Evidencias (EBE) es un enfoque pedagógico que busca mejorar la calidad del proceso de enseñanza y aprendizaje a través de la aplicación de principios y prácticas respaldados por la investigación científica.

¿Cómo se relacionan la investigación y la práctica educativa?

La interacción entre la investigación y la práctica educativa es esencial para informar y mejorar las políticas, estrategias y metodologías educativas, asegurando que los enfoques pedagógicos sean efectivos y adecuados a las necesidades de los estudiantes. ¿Cómo se produce esta interacción en la práctica?

Sintetizando a varios autores, Murillo Torrecilla (2011) ha identificado cinco modelos:

  1. Relación directa. Los docentes y administradores leen informes de investigación y aplican los resultados en su práctica, generando un proceso de cambio. Sin embargo, se reconoce que esta vía es poco efectiva debido a la falta de tiempo, formación y actitud por parte de los docentes para acceder a la investigación.
  2. Revisiones de investigación. Las revisiones de investigación, también conocidas como «What Works», actúan como mediadoras entre la investigación original y los docentes. Estas revisiones hacen que el conocimiento acumulado por la investigación sea más accesible y rápido para los profesionales de la educación.
  3. Formación del profesorado. Los resultados de la investigación llegan a la práctica a través de la formación inicial y permanente del profesorado. Los formadores de formadores juegan un papel fundamental como mediadores entre la investigación y la práctica educativa.
  4. Ruta de la política. Se sugiere que la investigación puede influir en la toma de decisiones políticas, impactando en la práctica docente. Sin embargo, se reconoce que en muchos casos los tomadores de decisiones políticas utilizan la investigación de manera sesgada y como una justificación para decisiones previamente acordadas.
  5. Ruta larga, la sociedad como mediadora: La investigación, a lo largo del tiempo, va creando una “cultura” entre la sociedad que es asumida posteriormente por políticos, administradores y docentes. En este enfoque, la sociedad en su conjunto se convierte en el principal usuario de la investigación.

¿Cómo fomentar el uso de las evidencias educativas en la práctica docente?

A pesar de los beneficios potenciales de la Educación Basada en Evidencias, su implementación puede enfrentar varios retos y dificultades:

  1. Acceso a la investigación: No todos los educadores tienen acceso fácil a revistas científicas y otras fuentes de investigación educativa. El costo y las barreras para obtener información científica pueden dificultar que los docentes accedan a la evidencia más actualizada.
  2. Tiempo y recursos limitados: La búsqueda, lectura y comprensión de la investigación educativa pueden ser un proceso laborioso que requiere tiempo y recursos. Muchos educadores pueden tener cargas de trabajo abrumadoras, lo que dificulta su capacidad para dedicar tiempo a investigar y aplicar las mejores prácticas basadas en evidencias.
  3. Falta de capacitación: Algunos educadores pueden tener poca experiencia en la lectura e interpretación de la investigación educativa. La falta de capacitación en esta área puede obstaculizar la implementación efectiva de enfoques basados en evidencias.
  4. Resistencia al cambio: La adopción de nuevas prácticas educativas puede encontrarse con resistencia por parte de algunos educadores, especialmente aquellos que están arraigados en enfoques tradicionales o que consideran que sus métodos actuales son exitosos.

Siendo estos los retos y los desafíos, ¿cómo podemos fomentar su uso y promover su integración efectiva en las prácticas educativas?

  1. Investigación en educación. La inversión en investigación educativa de calidad es fundamental para aumentar el cuerpo de conocimiento disponible. Los gobiernos y organizaciones deben asignar recursos para investigar la eficacia de diferentes enfoques pedagógicos y estrategias de aprendizaje.
  2. Acceso a recursos: Facilitar el acceso a revistas científicas, bases de datos educativas y resúmenes de investigación puede ayudar a los educadores a encontrar rápidamente la información relevante y actualizada que necesitan. La Education Endowment Foundation en Reino Unido; SummaEdu, en América Latina o What Works Clearinghouse en EE UU, son algunos ejemplos.
  3. Colaboración entre profesionales: Promover la colaboración entre educadores y otros profesionales del campo educativo, como psicólogos educativos, especialistas en TIC y expertos en desarrollo infantil, puede enriquecer el enfoque pedagógico basado en evidencias y abordar las necesidades diversas de los estudiantes.
  4. Comunidades de práctica: Fomentar la creación de comunidades de práctica donde los educadores puedan compartir experiencias, discutir prácticas basadas en evidencias y apoyarse mutuamente en la implementación de nuevos enfoques.
  5. Formación y desarrollo profesional: Proporcionar a los educadores formación y desarrollo profesional en el uso de la EBE puede ayudarles a desarrollar habilidades para acceder, evaluar y aplicar la investigación educativa en sus aulas.
  6. Divulgación y concienciación: Sensibilizar a los educadores, estudiantes, padres y a la comunidad en general sobre la importancia de la Educación Basada en Evidencias puede generar un cambio cultural en la forma en que se aborda la enseñanza y el aprendizaje.
  7. Investigación en el aula: Alentar a los educadores a llevar a cabo investigaciones en sus propias aulas puede generar evidencia local que respalde la eficacia de ciertas prácticas. Estos estudios pueden ayudar a personalizar aún más las estrategias educativas para adaptarse a las necesidades específicas de los estudiantes en una comunidad o contexto particular.

Facilitar el acceso a revistas científicas, bases de datos educativas y resúmenes de investigación puede ayudar a los educadores a encontrar rápidamente la información relevante y actualizada que necesitan.

En las últimas décadas, los sistemas educativos han experimentado transformaciones aceleradas, que nos llevan a replantear el propósito de la educación y su implementación en las escuelas. En un mundo digital omnipresente, la escuela ya no puede permanecer desconectada de las realidades sociales y culturales. Del mismo modo, la labor del docente no puede ser una «caja negra» de acciones sin un impacto claro.

Y haciendo uso, una vez más de la analogía con la medicina, si incluso las tasas de fracaso médico más mínimas requieren una revisión exhaustiva de los métodos de trabajo en el sistema sanitario, ¿cómo no alarmarnos ante cifras de fracaso escolar que superan el 20% en muchos países latinoamericanos? Solo un enfoque científicamente probado y fundamentado puede brindar el rigor necesario para comprender qué funciona, qué tiene éxito y qué prácticas resultan ineficientes.

El avance hacia una mejora significativa en la calidad educativa radica en la implementación de todas las recomendaciones e indicaciones presentadas en este artículo. Debemos apostar por un enfoque que promueva el progreso de la educación y la calidad de enseñanza para impulsar el desarrollo de nuestros sistemas educativos.

Referencias

Imagen de portada: pch.vector para Freepik.

Trujillo, F. 2019. Educación basada en evidencias: luces y sombras de un reto para la escuela, la investigación y la política educativa. Blog Fernando Trujillo.

Hederich, C., Martínez, J. y Rincón, L. 2014. Hacia una educación basada en la evidencia. Revista Colombiana de Educación. Nº 66. Bogotá.

Murillo Torrecilla, F.J. 2011. Hacer de la educación un ámbito basado en evidencias científicas. Revista Iberoamericana sobre Calidad, Eficacia y Cambio en Educación (2011) – Volumen 9, Número 3

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