Educación híbrida: un camino hacia la transformación educativa

La irrupción de la pandemia en 2020 catapultó a millones de estudiantes hacia un nuevo paradigma educativo: la educación híbrida. Este enfoque, que fusiona lo presencial y lo virtual, no solo desafía las estructuras tradicionales, sino que también abre las puertas a una transformación profunda en la forma en que aprendemos y enseñamos. En este artículo nos acercamos a estos modelos para hacer un repaso de sus ventajas, desafíos pendientes y claves de política pública.

Educación híbrida: un camino hacia la transformación educativa

En el mes de marzo de 2020, millones de estudiantes en todo el mundo se vieron inmersos, de repente y sin quererlo, en el mayor experimento educativo de la historia. Con las escuelas cerradas, la incorporación de las nuevas tecnologías en el sector de la educación, que hasta ese momento se había producido de forma incipiente, aislada y dispar, se convirtió en un imperativo que puso a prueba los sistemas escolares. Fue un impulso nunca visto. La crisis promovió los esfuerzos previos de incorporación de tecnologías digitales de una forma que ninguna política pública anterior había logrado.

Esta transición acelerada destacó la importancia de integrar de manera más consciente y planificada las herramientas digitales en el proceso educativo, llevando a un replanteamiento sobre cómo combinar lo presencial y lo virtual de manera efectiva para enriquecer el aprendizaje.

Los modelos híbridos de educación combinan elementos presenciales y virtuales para crear experiencias de aprendizaje más flexibles y personalizadas. Esta hibridación de la tecnología y la educación consiste en una combinación de modalidades (virtual y/o presencial), tiempos (sincrónicos y asincrónicos) y estrategias que apuntan a una integración de entornos tecnológicos y prácticas de enseñanza para la inclusión educativa.

Algunas características comunes de los modelos híbridos incluyen:

  1. Flexibilidad: Los estudiantes pueden acceder al contenido en línea en su propio tiempo y ritmo, lo que les permite adaptar su aprendizaje a sus horarios individuales.
  2. Personalización: Los materiales en línea pueden adaptarse para satisfacer las necesidades de aprendizaje específicas de cada estudiante, ofreciendo un enfoque más individualizado.
  3. Interacción: A través de plataformas en línea, los estudiantes pueden interactuar entre ellos y con los profesores, facilitando discusiones, debates y colaboraciones más allá del aula física.
  4. Uso de recursos digitales: Los recursos en línea, como videos, simulaciones, juegos educativos, entre otros, enriquecen el contenido y ofrecen múltiples formas de presentar la información.
  5. Apoyo a la diversidad: Los modelos híbridos pueden ser beneficiosos para estudiantes con diferentes estilos de aprendizaje, permitiendo que cada uno elija cómo y cuándo acceder al material.
  6. Mejora en la accesibilidad: Algunos modelos híbridos pueden ofrecer oportunidades educativas a aquellos que de otra manera podrían tener dificultades para acceder a la educación tradicional.

La combinación del aprendizaje en línea con la enseñanza presencial suele producir mejores resultados que el aprendizaje únicamente presencial o únicamente en línea.

Evidencias positivas

Aunque relativamente reciente, la integración de la tecnología en educación ya lleva algunos años implantándose en diferentes contextos y circunstancias y la literatura científica ha comenzado ya a publicar estudios sobe su eficacia. Veamos algunas evidencias.

  • La combinación del aprendizaje en línea con la enseñanza presencial suele producir mejores resultados que el aprendizaje únicamente presencial o únicamente en línea. (The impact of blended and traditional instruction in students’ performance y The effect of blended learning in Mathematics course). La clave reside en que el docente aproveche las funcionalidades y posibilidades que cada fórmula de enseñanza ofrece. Por ejemplo, la educación online es más “ubicua” y supera las limitaciones (temporales y espaciales) de las aulas tradicionales. Por otra parte, las clases presenciales refuerzan los vínculos socioafectivos que permiten asentar y dinamizar competencias no interiorizables únicamente en los entornos asépticos de lo digital. La versatilidad de interacciones que le abre a un docente el mundo digital (amplia gama de fórmulas y prácticas de aprendizaje) le ayuda a potenciar la interacción básica que adquiere de forma presencial con sus estudiantes, superando así la anonimidad y despersonalización de clases con gran número de alumnos.
  • Mejora el pensamiento de alto nivel. Las soluciones de aprendizaje digital combinadas con metodologías de enseñanza innovadoras como el aprendizaje colaborativo, el aprendizaje basado en proyectos u otras actividades conjuntas, han demostrado desarrollar la sinergia, el pensamiento de alto nivel y mejorar las habilidades de aprendizaje automotivado y dirigido (Technology in support of collaborative learning, Computer-based technology and student engagement: a critical review of the literature, Empowering student learning through Tablet PCs: A case of study y Laptop initiative: impact on instructional technology integration and student learning.
  • Aumenta la motivación del estudiante por aprender. Finalmente, por recalcar el aspecto de la motivación, la tecnología en el aula permite la gamificación, la interacción creativa o la mirada abierta y crítica a otras realidades, fórmulas que mejoran la actitud, el disfrute y el interés de los estudiantes hacia el aprendizaje, especialmente, su interés por aprender.

Fomentando la educación híbrida desde las políticas públicas

Educación híbridaLos modelos híbridos de aprendizaje también enfrentan múltiples desafíos relacionados, entre otros factores, con brechas de conectividad e infraestructuras, capacitación docente o diseño de contenido y evaluación. Por eso, articular modelos de educación híbrida capaces de promover el aprendizaje real entre los estudiantes requiere estrategias efectivas, desde la política pública. Ahora bien, ¿cuáles son las claves que deben guiar estas políticas públicas? Desde el Observatorio hemos querido reunir algunas de las claves que protagonizan la discusión sobre cómo implementar una educación híbrida exitosa. Estos conceptos no solo surgen de las numerosas publicaciones sobre el tema sino de la reflexión del trabajo que la Fundación ProFuturo desarrolla en los contextos más vulnerables del mundo desde hace siete años.

  1. Apoyo y acompañamiento al personal docente. Los docentes son el catalizador de la transformación que debe producirse en la educación. Nos encontramos ante un cambio de modelo que requiere de un perfil docente completamente nuevo que sepa integrar en sus prácticas pedagógicas la tecnología para producir experiencias de aprendizaje significativas para sus estudiantes. Por ello, es vital que las políticas educativas implementen programas de capacitación continua y certificación en el uso efectivo de herramientas digitales para profesores, y que destinen recursos económicos a estos programas.
  2. Contexto, contexto y contexto. La aplicación de soluciones de aprendizaje digital ha demostrado ser muy prometedora para mejorar los resultados del aprendizaje cuando se diseña cuidadosamente, teniendo en cuenta las características específicas del contexto donde se va a implantar (en lugar de aplicar una solución estándar), y cuando se integra de forma que refuerce la innovación de los procesos de enseñanza y aprendizaje.
  3. Reforma curricular. Es necesario incentivar la reforma de los planes de estudio. Nuestra “era digital” requiere de un ajuste curricular serio, más centrado en la adquisición de competencias y procesos de aprendizaje que en el aprendizaje de contenidos y su mera “transmisión y retención”. De entre estas competencias, las transversales digitales adquieren una importancia fundamental.
  4. Rediseño del material didáctico. Con la irrupción de la tecnología en el aula, el libro de texto está evolucionando, desde hace más de una década, hacia el mundo de Recursos Educativos Digitales. Estos contenidos deben ser adaptables a los diferentes estilos de aprendizaje y necesidades de los alumnos; accesibles para todos los estudiantes; interactivos y participativos; personalizables al nivel de competencia de cada estudiante; coherentes y alineados con los planes de estudio. También deben incluir herramientas para evaluar el progreso de los estudiantes tanto en entornos en línea como presenciales. Las políticas pueden respaldar la creación de estándares y directrices para el diseño de contenidos que cumplan todas estas características.
  5. Acceso equitativo a la tecnología e infraestructura tecnológica: Las brechas de acceso y conectividad continúan siendo un reto en escuelas y hogares de muchas zonas del planeta. Las políticas públicas pueden enfocarse en proporcionar acceso a dispositivos tecnológicos y conexiones a internet confiables para todos los estudiantes. Programas gubernamentales de subsidios, iniciativas de préstamo de dispositivos y colaboraciones con proveedores de internet pueden ayudar a cerrar la brecha digital. También pueden facilitar la adquisición de recursos educativos en línea y colaborar con empresas y organizaciones para proporcionar acceso a plataformas educativas de calidad.

Imagen de portada: vectorjuice para Freepik.

También podría interesarte