¿Dispuestos pero aún no listos y capaces? Desafíos sempiternos en la integración tecnológica de los docentes

La integración de la tecnología en la educación representa un desafío extraordinario para los docentes y los sistemas educativos. ¿Por qué sucede esto? En este artículo, originalmente publicado en el blog de la Unesco World Education, editado por el GEM Report, la experta en educación Mary Burns, desgrana algunos de los obstáculos que impiden esta integración y ofrece algunas soluciones que pueden servir de guía para potenciarla y mejorar la educación.

¿Dispuestos pero aún no listos y capaces? Desafíos sempiternos en la integración tecnológica de los docentes

Por Mary Burns, Escola Superior de Educação Paula Frassinetti, Oporto, Portugal

*La versión original de este artículo, Willing but not yet ready and able? Teachers’ ongoing technology integration challenges ha sido publicado originalmente en el World Education Blog, curado y editado por el GEM Report. Este contenido, al igual que su original, se distribuye bajo licencia CC BY SA 3.0 IGO.

Docentes y tecnología¿Por qué la integración de la tecnología en educación, es decir, su uso para mejorar la enseñanza y el aprendizaje con el objetivo de lograr mayor eficiencia, efectividad y participación, representa un desafío tan grande para los maestros de todo el mundo?

Aunque este desafío se debe en parte a requisitos específicos que limitan su abordaje adecuado, como el acceso equitativo a la tecnología, una formación integral para los docentes y sistemas de apoyo sólidos, estos factores no garantizan por sí solos una integración exitosa.

La correcta incorporación de la tecnología sigue siendo una tarea esquiva para muchos docentes, tanto en entornos privilegiados como en entornos vulnerables. Un ejemplo de lo primero se puede encontrar en una investigación que realicé en 2019 con profesores de una escuela internacional latinoamericana adinerada, que a pesar de contar con una gran cantidad de tecnología, encontraban dificultades para sobresalir en su integración efectiva.

Para entender mejor por qué la integración de la tecnología es tan desafiante, hace unos meses trabajé en un informe para el que realicé entrevistas en profundidad con 70 maestros de 17 países. Sus respuestas, inquietudes y reflexiones quedaron reflejadas en el documento de antecedentes sobre maestros y tecnología, que elaboré para el Informe GEM 2023. A continuación hablaremos de algunos de sus conclusiones principales. 


La correcta incorporación de la tecnología sigue siendo una tarea esquiva para muchos docentes, tanto en entornos privilegiados como en entornos vulnerables.

Los maestros muestran una fuerte disposición para utilizar la tecnología

Si tuviera acceso a la tecnología en mi escuela, sería el maestro más feliz del mundo.

– Docente de Zambia

Sabemos desde hace tiempo que las creencias de los maestros ejercen una influencia significativa en lo que se refiere al uso y la integración de la tecnología, incluso en entornos con buenos recursos. Estas percepciones y su potencial para ayudarles a alcanzar sus objetivos educativos, así como sus creencias pedagógicas (especialmente aquellas que se refieren a enfoques centrados en el maestro frente a enfoques centrados en el aprendizaje) desempeñan un papel fundamental en el proceso de integración.

En este sentido, los docentes entrevistados demostraron un alto nivel de motivación y entusiasmo por la tecnología, entusiasmo que se evidenciaba tanto en su uso personal de dispositivos (teléfonos) como en su utilización de la tecnología en entornos escolares, cuando ésta está disponible. Además, respaldan de manera unánime enfoques instructivos centrados en el aprendizaje.

Sin embargo, estas actitudes positivas no se traducen automáticamente en preparación, ni en la confianza ni en la autoeficacia necesarias para integrar efectivamente la tecnología. Las razones de esta disparidad se encuentran menos en los propios docentes y más en los sistemas en los que operan.


Los docentes entrevistados demostraron un alto nivel de motivación y entusiasmo por la tecnología, entusiasmo que se evidenciaba tanto en su uso personal de dispositivos (teléfonos) como en su utilización de la tecnología en entornos escolares, cuando ésta está disponible. Además, respaldan de manera unánime enfoques instructivos centrados en el aprendizaje.

Las culturas organizacionales socavan la preparación

La burocracia lo sofoca todo, especialmente la innovación. Las personas toman decisiones por nosotros sin consultarnos.

– Docente Estados Unidos

La burocracia educativa ejerce una profunda influencia en la integración tecnológica, dándole forma a través de políticas, valores y cultura organizativa. Más allá de la infraestructura y la formación básica, una integración exitosa requiere de una visión compartida, liderazgo, planificación, un entorno orientado al cambio y una cultura que fomente la innovación y la experimentación. La alineación de los componentes educativos, como el currículo, la evaluación, la pedagogía y la evaluación del maestro, con el uso de tecnología es vital. Sin esa coherencia, el potencial de la tecnología para mejorar el aprendizaje de los estudiantes es frágil.

Los docentes entrevistados para este documento, consideran que el sistema educativo en sí mismo representa la barrera más significativa para la integración. Los entornos políticos inestables dificultan sus esfuerzos, ya que las prioridades e iniciativas cambian cada vez que hay un nuevo gobierno o Ministro de Educación. Las visiones oficiales sobre la integración tecnológica a menudo se enfocan únicamente en el equipo y la formación básica, descuidando la visión, los marcos de integración, la alineación del currículo, las estrategias de evaluación, los estándares y el tiempo para la planificación.

Este enfoque reduccionista, impulsado por la simplicidad y la velocidad, pasa por alto la amplitud y profundidad necesarias para que exista una integración tecnológica significativa. La falta de una visión unificada conduce a políticas inconsistentes que existen solo sobre el papel, implementaciones tecnológicas desiguales y falta de coordinación entre los niveles educativos.

Los docentes entrevistados para este documento, consideran que el sistema educativo en sí mismo representa la barrera más significativa para la integración.

La educación inicial y la formación continua son insuficientes 

Formación inicial

Como ya hemos dejado claro, el uso de la tecnología es diferente de su integración en la enseñanza. En un sistema educativo del siglo XXI, se espera que los profesores en formación incorporen la tecnología de manera cada vez más integral en su enseñanza. Sin embargo, la mayoría de los programas de formación inicial ofrecen una exposición mínima a la integración de la tecnología, lo que deja a los futuros docentes mal preparados para utilizarla de manera efectiva, especialmente en enfoques centrados en el aprendizaje.

Esta deficiencia en la educación inicial de los docentes constituye la segunda barrera importante para la integración tecnológica, según indicaron los profesores entrevistados. Para ellos, sus programas de formación no lograron mostrar una integración efectiva de la tecnología, ofrecieron poca orientación en el diseño instruccional basado en tecnología y, con frecuencia, consistieron en cursos teóricos impartidos por personas sin experiencia en el aula. No puede sorprendernos que, bajo estas circunstancias, muchos profesores se gradúen sin la confianza o habilidad necesarias para integrar la tecnología en sus prácticas pedagógicas.

Esta crítica se alinea con los resultados obtenidos en investigaciones más amplias. Por ejemplo, la Encuesta Internacional sobre Enseñanza y Aprendizaje (TALIS) en 2018 reveló que, en países de ingresos medios y altos, solo el 43% de los profesores se sentían bien o muy bien preparados para usar la tecnología en la enseñanza después de su formación inicial. Datos recientes de la Sociedad Internacional para la Tecnología en la Educación (ISTE) indican que el 56% de los graduados estadounidenses en educación carecen de confianza en el uso de la tecnología para enseñar.

Formación continua y desarrollo profesional

Aunque la formación es beneficiosa, ninguna es excelente. Calificar cualquier formación tecnológica como «excelente» significa que debería cumplir con estándares mucho más altos: debería ser más personalizada e incluir habilidades actualizadas relevantes para nuestra materia, además de tutoría personal y más apoyo de seguimiento.

– Docente georgiano

La calidad del desarrollo profesional y su consistencia representan una barrera significativa para la integración efectiva de la tecnología en la educación. Si bien algunos profesores valoran sus experiencias de desarrollo profesional, otros lamentan su falta de consistencia y la variabilidad en la calidad de estas iniciativas. Estas preocupaciones se extienden a los formatos de las sesiones de desarrollo profesional, que a menudo se llevan a cabo en talleres a gran escala en salas de conferencias de hoteles en lugar de ser realizadas en la propia escuela, limitando así las oportunidades de colaboración entre colegas y la aplicación práctica en entornos auténticos, es decir, sus escuelas. Además, en el Sur Global, algunos programas financiados por donantes persisten en utilizar el enfoque en cascada o entrenamiento de formadores, a pesar de que éste ha sido desacreditado por la investigación. Estos programas emplean “formadores” que, con frecuencia, carecen de experiencia docente sostenida real.

¿Cómo podemos apoyar a los profesores para que estén listos y capacitados para integrar la tecnología?

Las entrevistas revelan que, a pesar de las barreras enfrentadas, los docentes mantienen su entusiasmo por la tecnología. Sin embargo, las dificultades que enfrentan están, en gran medida, fuera de su control y afectan negativamente  a su confianza y autoeficacia en relación con la integración de la tecnología.

Sin embargo, dentro de estas barreras se encuentran ya las semillas de sus soluciones potenciales.

Prepararse organizativamente: Los sistemas educativos deben priorizar una integración tecnológica que fomente la instrucción centrada en el aprendizaje y el pensamiento crítico. Deben desarrollar y comunicar una visión clara de cómo se ve la integración tecnológica ejemplar en la práctica. Esto implica desarrollar estrategias, metas y puntos de referencia para la enseñanza y el aprendizaje con tecnología, y seleccionar tecnologías que mejoren, en lugar de obstaculizar, el aprendizaje centrado en el estudiante.

Para demostrar este compromiso, los sistemas educativos deben proporcionar a los profesores marcos bien definidos para la integración de la tecnología, simplificando el proceso. Además, deben asegurarse de que las estructuras de apoyo esenciales, que incluyen componentes organizativos, pedagógicos y relacionados con el profesor, estén en su lugar para facilitar una integración tecnológica fluida.

Desarrollar la competencia docente: La formación inicial universitaria debe incluir la integración de la tecnología y ayudar a los futuros docentes a diseñar actividades atractivas y rigurosas basadas en tecnología.

Los programas de formación inicial deben priorizar la experiencia práctica sobre el conocimiento teórico. Pueden comenzar reconfigurando los criterios de contratación: los profesores en formación no necesitan a un investigador con un doctorado hablándoles sobre la enseñanza. Necesitan a un maestro en ejercicio que modele una buena instrucción con tecnología. Los instructores de la formación inicial pueden acercarse más a las escuelas mediante observaciones frecuentes en el aula y ser mentorizados por maestros experimentados de primaria y secundaria.

A pesar de sus críticas al desarrollo profesional docente, los profesores lo valoran y demandan más: más variedad, más modelos de mejores prácticas, más oportunidades de aprendizaje colaborativo con colegas, más instrucción proveniente de otros profesores y no de expertos o gurúes, más apoyo y seguimiento, y más reconocimiento oficial por la gran cantidad de aprendizaje autodirigido que los docentes realizan por sí mismos a través de Internet.

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Integrar la tecnología en la educación representa un desafío extraordinario que involucra procesos complejos como el uso de la tecnología, el diseño instruccional y la evaluación. A pesar de esta complejidad, los maestros están dispuestos a abordar este desafío. Podemos recompensar esta disposición mediante cambios sistémicos que los apoyen en la integración efectiva de la tecnología en sus prácticas docentes. Las agencias educativas, los programas de donantes y los sistemas escolares que adopten estas medidas no solo estarán mejorando la capacidad de los maestros para integrar la tecnología, sino que también aumentarán la efectividad global de sus docentes.

Para un análisis profundo sobre los problemas mencionados y sus posibles soluciones, consulte «Distance Education for Teacher Training» (Educación a Distancia para la Formación de Maestros) del Education Development Center (Centro de Desarrollo Educativo) en 2023, de acceso abierto. Este recurso ofrece una revisión de la investigación sobre la enseñanza con tecnología y una guía de mejores prácticas para apoyar y preparar a los maestros para integrar la tecnología.

GEM Report-Unesco-Docentes

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