Según datos de ACNUR, el número de desplazados forzosos a finales de 2019 era de 82,4 millones de personas. Los datos de UNICEF afirman que, casi la mitad de esos desplazados son niños: uno de cada 3 niños en todo el mundo vive fuera del país en el que nació, en contra de su voluntad, por motivos relacionados con la violencia, los conflictos armados y los desastres naturales. Y lo hacen en condiciones de extrema vulnerabilidad y sin acceso a servicios básicos de refugio, nutrición, sanidad y, por supuesto, educación.
Una vez más, los datos de ACNUR (y estos son datos prepandemia) nos cuentan que, de los 7,2 millones de niños refugiados en edad escolar, más de la mitad no están escolarizados. Las consecuencias que esta situación puede llegar a tener en el futuro de estos niños y niñas son devastadoras: un niño sin educar pierde sus oportunidades de futuro. En estas circunstancias, es imprescindible asegurarse de que toda la infancia desplazada y refugiada recibe una educación de calidad, igualitaria e inclusiva que le proporcione las habilidades necesarias para desarrollar una vida plena y llena de oportunidades. ¿Cómo se está haciendo esto? ¿Cuáles son los principales problemas educativos que afrontan los niños y niñas refugiados? ¿Cuál es la situación actual de la educación en estos entornos? ¿Cómo puede ayudar la educación digital a estos objetivos?
Barreras para una educación igualitaria y de calidad
Los niños y niñas refugiados afrontan dificultades graves y muy variadas a la hora de acceder a una educación de calidad y en igualdad de condiciones con otros niños: pueden llegar a perder meses e incluso años de escuela en sus desplazamientos; deben aprender nuevos idiomas para ir a la escuela y hacer sus exámenes; no están familiarizados con los procesos administrativos y les falta documentación y material escolar; muchos de ellos sufren traumas y tienen necesidades especiales de apoyo psicosocial; además, habitan en contextos de pobreza e inseguridad en los que se enfrentan a problemas de explotación, estigmatización y normas sociales perjudiciales. Y, además, están las barreras de género que sufren específicamente las niñas refugiadas.
Niñas refugiadas: dificultades añadidas
Como hemos mencionado, las niñas refugiadas se encuentran además con posibles situaciones de explotación, violencia sexual y de género, matrimonios infantiles y embarazos a edades tempranas que pueden dejarlas fuera del sistema escolar. Sin embargo, La educación reduce la vulnerabilidad de las niñas. Un informe de la UNESCO afirma que, si todas las niñas completasen sus estudios de educación primaria, los matrimonios infantiles caerían un 14%; y si completasen la secundaria, se desplomaría un 64%. Según otro informe de esta misma organización, la educación de las niñas refugiadas genera bienestar y prosperidad en su entorno familiar y en el de su comunidad.
¿Qué estamos haciendo para superar estas barreras?
La educación de las niñas y niños refugiados es uno de los pilares del trabajo de ACNUR que, en 2019 publicó su Educación 2030: Una estrategia para la educación de los refugiados. El objetivo de esta estrategia es el de promover las condiciones, asociaciones y enfoques que permitan el acceso de todos los refugiados a una educación de calidad y equitativa que les permita aprender, prosperar y desarrollar todo su potencial.
Marcando objetivos concretos
Para propiciar esto, el Marco Global para la Educación de los Refugiados se propone objetivos en siete áreas:
Tres principales:
- Inclusión de los niños y niñas refugiados en los sistemas educativos nacionales.
- Cualificación en habilidades para el trabajo.
- Respuesta de emergencia, que garantice que ningún niño va a pasar sin educación más de tres meses después de su llegada al país de acogida.
Cuatro transversales:
- Planificación y políticas: que los planes educativos nacionales y regionales tengan en cuenta a los niños y niñas refugiados.
- Recursos y financiación: más y mejor financiación para incluir a niños y jóvenes refugiados en los sistemas nacionales y fortalecer la capacidad de esos sistemas.
- Equidad e inclusión: Inversión en políticas e intervenciones de género y discapacidad, que incluyan acciones específicamente dirigidas a las personas más marginadas y vulnerables.
- Innovación y aprendizaje conectado: soluciones innovadoras y escalables, basadas en evidencia local, que apoyen la inclusión y aumenten la calidad de la educación de los estudiantes refugiados.
Del papel a la acción: el Foro Mundial sobre los Refugiados
Para pasar del papel a la acción y contribuir efectivamente a estos objetivos se ha creado el Foro Mundial sobre los Refugiados, en el que los estados y otros actores relevantes se reúnen cada cuatro años con el objetivo de compartir buenas prácticas y contribuir con apoyo financiero, experiencia técnica y cambios de políticas que ayuden a alcanzar los objetivos del Pacto Mundial.
Educación digital: una nueva esperanza
En estos contextos especialmente complicados y vulnerables en los que, como hemos visto, garantizar el derecho a la educación de todos los niños y niñas se convierte en una carrera de obstáculos, la tecnología y la educación digital pueden ayudar superar algunas de las barreras que los niños y niñas enfrentan cada día.
La conectividad y disponibilidad de dispositivos en contextos de refugiados
Una vez más, según datos de ACNUR, el 62% de los hogares de refugiados en áreas urbanas disponen de conexión a redes 3G y un 68% de aquellos que habitan en zonas urbanas disponen de un teléfono conectado a internet. Según estos datos, la educación digital podría convertirse en una nueva posibilidad para la educación en estos contextos vulnerables. Ahora bien, ¿cómo sacar el máximo provecho de estas tecnologías? ¿Cómo pueden contribuir a la solución de estos problemas y obstáculos? En las próximas líneas trataremos de contestar a estas preguntas extrayendo, además lecciones aprendidas de la práctica y la experiencia.
¿En qué pueden sernos útiles las tecnologías?
En su informe A Lifeline to Learning: Leveraging Technology to Support Education for Refugees, la UNESCO analiza algunos puntos clave de la educación digital para refugiados y examina la implementación de más de 50 proyectos y 35 apps y plataformas digitales. En su estudio concluye que la tecnología aplicada a la educación puede resolver desafío en tres niveles:
- Individual: aquellos que pueden tener impactos negativos en las oportunidades de aprendizaje de los refugiados. Por ejemplo, dificultades con el idioma y problemas de alfabetización; traumas y problemas de identidad o relacionados con la exclusión y el aislamiento.
- Sistemas educativos: Por ejemplo, falta de preparación de los profesores para atender a las demandas de este colectivo específico; la falta de recursos educativos apropiados y pertinentes, y la falta de documentación y mecanismos de certificación adecuados para poblaciones desplazadas.
- Niveles educativos: Acceso limitado a educación primaria y secundaria de calidad; obstáculos para la enseñanza vocacional y la participación en el mercado laboral, y fuertes restricciones de acceso a la educación superior.
¿Qué hemos aprendido hasta ahora?
El análisis de algunas de las experiencias desarrolladas hasta el momento, elaborado por UNESCO, así como la experiencia específica de ProFuturo, dejan una serie de lecciones y pistas que pueden servir de ayuda para el diseño de acciones futuras.
- La tecnología en sí misma no es suficiente.- Sabemos que los diseños centrados únicamente en tecnología no funcionan. A la hora de proporcionar una educación equitativa e inclusiva, sobre todo en estos lugares especialmente vulnerables, hacen falta enfoques amplios y multidimensionales que tengan en cuenta los diversos aspectos tecnológicos, socioculturales, políticos, económicos y financieros de la educación en contextos de refugiados.
- Los profesores necesitan formación específica y apoyo.- Y esta formación debe ir más allá de la adquisición de habilidades y conocimientos técnicos. Es preciso realizar una transformación total en su concepción de lo que significa enseñar y aprender (tal y como establecen los marcos globales de referencia desarrollados en ProFuturo).
- El aprendizaje integrado (blended learning) es la mejor opción.- Los proyectos más exitosos son los que integran diferentes formas aprendizaje online y offline: proyectos que incorporan acompañamiento a través de tutorías y apoyo entre compañeros, que además se basan en pedagogías centradas en el estudiante.
- WhatsApp y redes sociales para estudiar.- Se está produciendo una integración de las redes sociales y de la mensajería instantánea en los diseños educacionales. Estas plataformas que, como hemos visto, están cada vez más disponibles para los refugiados, pueden conectar recursos educativos, estudiantes y enseñantes, a la vez que promueven la participación de los refugiados en cursos de educación digital, alcanzando a estudiantes que antes estaban excluidos de estas oportunidades educativas.
- Aprender a protegerse en la Red.- Las chicas y chicos en estos contextos vulnerables deben aprender a utilizar bien la tecnología en un sentido amplio. Deben aprender a crear espacios de comunicación privados y seguros (un asunto importante en estos casos). De la misma manera, los diseñadores de programas deben tener en cuenta mecanismos de protección en las apps educativas y otras herramientas digitales dirigidas a refugiados.
- Competencias digitales.- Es necesario promover enfoques que ayuden a estos niños y niñas a adquirir competencias digitales y habilidades del siglo XXI, incluida la programación. Ya sabemos que estas habilidades no solo son beneficiosas porque abren la puerta a oportunidades laborales futuras, si no porque les capacitan para desarrollar soluciones digitales para ellos mismos y sus compañeros.
Todo esto requiere de un enorme compromiso por parte de todos los actores implicados: organizaciones internacionales, estados, entidades públicas y privadas y ONGD deben trabajar unidos y coordinados, buscando alianzas y sinergias que permitan mejorar la educación y el futuro de todos estos niños.