Profuturo y Teach for All comparten muchos planteamientos básicos sobre educación, pero, quizás, el más significativo de todos, es la consideración que ambas organizaciones tienen de la figura del docente como pieza fundamental para lograr cambios significativos en la calidad de la educación. Es en este precepto esencial en el que se encuentra la base de una colaboración que se concreta en la formación, apoyo y desarrollo profesional de miles de docentes en África.
Esta alianza busca, desde la “revolución EdTech”, formar a los docentes en habilidades didácticas y pedagógicas, liderazgo social y competencias digitales, convirtiéndoles en agentes de cambio en sus respectivas comunidades educativas. De esta manera, los docentes pueden liderar una formación en cascada del profesorado de sus centros educativos, generando, a través de la educación, un impacto a largo plazo en la vida de miles de niños. La conversación de Wendy Kopp y Magdalena Brier, cuyas conclusiones más destacadas resumimos en este artículo, pivotó en torno a estos objetivos y planteamientos comunes y a la amplia experiencia de ambas instituciones en la práctica y sobre el terreno.
“La tecnología es lo fácil”
“Quizás, antes de la pandemia, infravaloramos el potencial de la tecnología para acelerar el aprendizaje y hacerlo más accesible. Hoy estamos viendo todo el potencial que tiene: permite un aprendizaje diferenciado según las necesidades de cada alumno y que todos tengan acceso al aprendizaje en todo momento.” Con estas palabras, Wendy Kopp destacaba el importante papel que la tecnología puede jugar a la hora de mejorar el acceso a la educación y acelerar y mejorar el aprendizaje.
Sin embargo, esto no va a suceder, de ninguna manera, si el docente no está preparado para aplicar y usar esa tecnología: “He podido hablar con muchos docentes de nuestra red que usan la tecnología para que su alumnado siga aprendiendo, así como con excolaboradores del programa que han liderado algunas innovaciones en tecnología educativa. Y todos ellos tienen una cosa clara: la tecnología es lo fácil. Lo difícil es desarrollarse uno mismo y desarrollar la profesión docente para saber aprovechar mejor esa tecnología para que los niños saquen partido.
Por eso, “debemos garantizar que todos los docentes tengan las habilidades pedagógicas, además de las tecnológicas, para ayudar al alumnado a desarrollar las destrezas, tanto académicas como socioemocionales necesarias para llegar donde quiera.”
La equidad, factor clave
Wendy Kopp también se refirió a la necesidad de trabajar por la igualdad educativa por que, en un mundo que se presenta con retos difíciles de resolver, “sabemos que el bienestar colectivo depende de que todos los niños tengan la educación, el apoyo y oportunidades para desarrollar habilidades que les permitan crear un futuro mejor para todos y resolver unos problemas cada vez más complejos.”
Y aunque algunas cifras y datos no invitan precisamente al optimismo, la fundadora de Teach for All se muestra confiada pues su experiencia sobre el terreno en ciertas comunidades le ha enseñado que “si hay suficientes personas trabajando juntas para garantizar que todos los niños desarrollen su potencial, se produce un progreso sostenido en los niños; y queremos que este progreso sea universal. Esas comunidades nos muestran lo que es posible y nos dicen que todos unidos podemos mejorar todo el sistema.” Suficientes personas trabajando juntas quiere decir “docentes, estudiantes, padres y madres, autoridades educativas, autoridades políticas y todos los actores del ecosistema escolar que ejercen un liderazgo.”
Su experiencia también le ha enseñado que la igualdad es un factor clave en la educación y que “el bienestar colectivo es mayor si centramos nuestros esfuerzos en la equidad y garantizamos que los niños con más dificultades tengan más apoyo.” Centrarse en los niños más vulnerables es, según Wendy Kopp, una garantía de que nuestras innovaciones y nuestro trabajo van a beneficiar a todos los niños. En este sentido, destacó el caso de Quim Sabriá, un profesor español de su red quien, mientras trabajaba con algunos de los niños más desfavorecidos de su ciudad, empezó a preguntarse cómo aprovechar el vídeo para implicar más a los estudiantes. De ahí nació EDpuzzle, una plataforma digital que permite a los profesores convertir sus videos favoritos en lecciones y que no ha parado de crecer: cuenta ya con 35 millones de alumnos, 600.000 docentes y dos millones de vídeos. Funciona en 150 países. Esta claro que “centrar nuestros esfuerzos en los niños más vulnerables es una garantía de que nuestras innovaciones y nuestro trabajo van a beneficiar a todas las niñas y niños.”
En resumen, enfocarnos en la equidad, trabajando unidos y aprovechando el gran potencial de la tecnología, podemos conseguir grandes efectos en el aprendizaje de nuestros alumnos. Eso sí: sin perder nunca de vista que el profesor sigue siendo uno de los actores fundamentales del proceso y que es preciso apoyarle y enseñarle para que pueda sacar partido a la tecnología en el aula.
El futuro, en nuestras manos
Para terminar, una llamada a la acción a todos los implicados en el mundo de la educación: “Debemos entender que el futuro está en nuestras manos. Hay que aprovechar las enormes posibilidades que han surgido a pesar de las dificultades. Hay potencial para aprovechar la tecnología, para que el alumnado y los padres se impliquen más en la construcción del aprendizaje, para concentrarnos adecuadamente en el bienestar del alumnado y en su desarrollo emocional, a cada momento de la jornada escolar. Espero que aprovechemos estas nuevas posibilidades para rediseñar todo el sistema para que la generación actual y las generaciones futuras tengan más posibilidades de prosperar y construir un futuro mejor.”
Con ese objetivo, el de asumir nuestro papel en la construcción de un futuro mejor, la alianza entre ProFuturo y Teach for All, ha formado a más de 15.000 profesores en África y, el año que viene, esperamos cerrar el año con 15.000 docentes más. Es decir, un acumulado de más de 30.000 docentes y un poderoso ejemplo de cómo, juntos, forjando asociaciones entre instituciones que comparten objetivos y experiencias complementarias, es posible avanzar en la consecución de una educación de calidad para todos.
Aquí puedes ver la charla completa.