Inteligencia artificial: reimaginando el aprendizaje
El desarrollo de la inteligencia artificial nos ha situado en un momento crucial como pocos en el desarrollo de la historia de la humanidad. Su irrupción en el ámbito educativo ha desatado un intenso debate. No es de extrañar que, si ya el año pasado, la se coló en el primer puesto de tendencias a observar, la IA y su influencia en educación siga dando mucho que hablar. Cómo y en qué circunstancias puede mejorar la educación, cómo regularla o cómo solventar algunos de los retos relacionados con la ética, la equidad y la seguridad son algunos de los temas de discusión más intensos y todos ellos los hemos tratado este año en el Observatorio.
Habilidades socioemocionales: el valor de lo que nos hace humanos
Como consecuencia del desarrollo de las nuevas tecnologías, la educación está abrazando, en los últimos años, un enfoque más holístico que reconoce, cada vez más, la importancia fundamental de las llamadas habilidades socioemocionales: creatividad, pensamiento crítico, empatía, trabajo en equipo… En un mundo en el que las inteligencias artificiales se encuentran cada vez más presentes en todos los ámbitos, resulta fundamental cultivar las habilidades y competencias que nos hacen más humanos. La educación necesita repensar sus objetivos, prioridades, metodologías y evaluaciones. Porque, ¿qué sentido tiene pedir a los estudiantes resúmenes o redacciones que no van más allá de una simple narración de acontecimientos llenas de fechas y de datos?
En este observatorio pensamos que la inteligencia artificial nunca va a remplazar a la escuela ni al docente. Pero también pensamos que estos deben asumir su cambio de papel y aportar un valor agregado. Cambiar metodologías obsoletas y viejas consignas, que privilegian la memoria retentiva frente a la capacidad de pensamiento crítico y creativo.
Este cambio de paradigma también plantea cuestiones fundamentales sobre la evaluación y la integración efectiva de estas habilidades en el currículo de las que se hablará mucho en 2024. ¿Cómo se pueden medir y evaluar las habilidades blandas y socioemocionales? ¿Qué metodologías son más efectivas para desarrollar estas habilidades en los estudiantes?
Brecha digital: nuevos desafíos de acceso y equidad
A pesar de los avances en la adopción de la tecnología en la educación, la brecha digital persiste como un desafío significativo. En 2024, la disparidad en el acceso a la tecnología y la conectividad digital sigue siendo un obstáculo para muchos estudiantes, exacerbando las desigualdades educativas. Y si bien es verdad que la revolución digital ofrece un gran potencial para solucionar muchos de los problemas que tienen que ver con estas brechas, no es menos cierto que superar estas desigualdades y desafíos requiere de un propósito claro y estrategias efectivas.
El debate se centra en estrategias para cerrar esta brecha. Políticas de inclusión digital, acceso equitativo a dispositivos y conectividad confiable son temas candentes. Además, se discute la necesidad de capacitación docente para garantizar que los educadores estén preparados para aprovechar al máximo las herramientas digitales y cerrar la brecha educativa.
Contenidos digitales: calidad y credibilidad en la era digital
¿Sabías que hoy, en solo dos días, creamos la misma cantidad de información que la creada en los últimos 2.000 años? ¿Cómo manejarnos en ese océano gigante de conocimiento? ¿Cómo aprender a gestionarlo y cómo sacarle el máximo partido en el aula?
Nos encanta crearlo y consumirlo. Sin embargo, el contenido digital de calidad y su gestión a nivel institucional, es uno de los grandes olvidados por administraciones nacionales e internacionales. Las plataformas educativas nacionales de libre acceso, dotas de contenidos de calidad, son rara avis en la agenda de educación digital de los países. La iniciativa Gateways to Public Digital Learning es una iniciativa multilateral, promovida por Unesco y Unicef, para dar a los contenidos digitales educativos la importancia que se merecen. Porque de nada sirven la conectividad y la capacidad si no contamos con adecuados recursos digitales para la enseñanza y el aprendizaje.
Por otro lado, el acceso sin precedentes a la información en línea ha llevado a un debate sobre la calidad y credibilidad de los contenidos digitales. Hoy, se habla sobre cómo enseñar a los estudiantes a discernir entre información confiable y falsa en un mar de datos en línea. La capacidad de realizar una evaluación crítica de la información se convierte en una habilidad esencial en la era digital.
El desafío radica en cómo enseñar a los estudiantes a realizar investigaciones en línea, evaluar la credibilidad de las fuentes y distinguir entre información veraz y desinformación. ¿Cómo pueden los educadores desarrollar programas educativos efectivos para mejorar la alfabetización informacional en un mundo inundado de información?
Educación emocional: aprendiendo a sentir
La educación emocional y la gestión de las emociones en el entorno escolar han ido cobrando también una importancia significativa en los últimos años y continúan evolucionando como una tendencia destacada en el ámbito educativo. Porque no se puede aprender si estamos tristes, enfadados o aburridos. Y porque la escuela, como primer espacio público de socialización y aprendizaje fuera de la familia, juega un papel esencial en el cuidado y el bienestar de la salud mental de nuestros niños y niñas.
Así las cosas, ¿cómo afrontar la educación emocional desde la educación? ¿Cómo implementarla en las escuelas? ¿Están los docentes preparados? ¿Lo están las familias? ¿Debe integrarse en el currículo escolar al mismo nivel que las disciplinas cognitivas?
Este interés creciente y justificado, está teniendo como resultado el desarrollo de metodologías para fomentar este aprendizaje, desde instituciones tan prestigiosas como la Universidad de Yale. Y, como no podía ser de otra manera, también se están desarrollando aplicaciones y plataformas digitales para ayudar a los estudiantes a gestionar y comprender sus emociones.
Todo esto apunta a una mayor conciencia y acción hacia el bienestar emocional de los estudiantes, reconociendo su importancia no solo para el éxito académico, sino también para su desarrollo integral como individuos equilibrados y conscientes.